Adiestramiento para perros adoptados: ¿cómo lograr un entrenamiento exitoso?
Adoptar un perro es un acto de amor que transforma vidas: la tuya y la de los lomitos.

Por desgracia, muchos perros adoptados han pasado por situaciones difíciles que pueden influir en su comportamiento, por lo que es necesario tener empatía y mucha paciencia.
En este artículo nos enfocaremos en cómo lograr un entrenamiento exitoso en perros adoptados, con base en recomendaciones de expertos. ¡Sigue leyendo!
1. Entiende el pasado de tu perro adoptado
Cada perro tiene una historia y esa historia influye directamente en su comportamiento actual. Conocer su pasado, en la medida de lo posible, te permitirá ajustar tus expectativas y elegir mejor las técnicas de adiestramiento canino.
La importancia de conocer su historia
Un perro que fue abandonado, maltratado o que pasó por varios hogares probablemente mostrará señales de desconfianza, miedo o ansiedad. Aunque no siempre se tiene acceso a todo su historial, cualquier dato que te proporcione el refugio o rescatista será útil para entender su comportamiento.
Etapa de adaptación: dale tiempo
El American Kennel Club (AKC) sugiere aplicar la “regla de los 3” para los perros recién adoptados:
- 3 días para desestresarse y que pueda comenzar a explorar su nuevo entorno.
- 3 semanas para empezar a entender rutinas y límites.
- 3 meses para sentirse realmente en casa y mostrar su verdadera personalidad.
Durante este tiempo es clave observar y respetar su ritmo. Ten paciencia.
2. Genera un vínculo de confianza antes de entrenar
Antes de trabajar los comandos básicos de adiestramiento canino -como “sentado” o “quieto”, por ejemplo- es fundamental que tu perro confíe en ti; por eso, el vínculo emocional es la base de un adiestramiento exitoso.
Comunicación y paciencia: la base de todo
Cuando interactúes con tu perro, usa un tono de voz calmado, evita movimientos bruscos y refuerza cualquier comportamiento positivo con premios ricos, caricias o juegos.
Las sesiones de juego libre ayudan mucho a construir confianza, sobre todo si tu lomito es tímido o inseguro.
Consulta con un veterinario o etólogo
Si detectas señales como temblores, reacciones agresivas o comportamientos compulsivos, es importante acudir con un veterinario o etólogo canino (especialista en comportamiento animal).
Estos expertos pueden ayudarte a identificar si hay traumas o problemas de salud que deban atenderse antes o durante el entrenamiento.
3. Elige el método de adiestramiento adecuado
El tipo de entrenamiento que elijas debe ser amable y respetuoso. Es importante saber que los métodos basados en castigos pueden empeorar la situación y dañarlo aún más.
Refuerzo positivo: el más recomendado
Organizaciones como la American Veterinary Society of Animal Behavior y el AKC recomiendan el refuerzo positivo como la técnica más efectiva y ética en el adiestramiento canino.
Esta técnica consiste en premiar las conductas deseadas con recompensas como comida, juguetes o cariño, lo que motiva al perro a repetir esos comportamientos positivos.
Evita métodos coercitivos
Gritar, castigar físicamente o usar collares que ahorcan puede generar más miedo o agresividad en los perros. Además, estos métodos no enseñan qué hacer, solo inhiben conductas temporalmente.
4. Rutinas básicas para un perro equilibrado
Recuerda que los perros necesitan estructura para sentirse seguros. Una rutina clara y consistente facilita el aprendizaje y reduce el estrés.
Comandos esenciales: sentarse, quedarse, venir
Puedes empezar a enseñarle los comandos básicos de adiestramiento canino, como: sentado, echado y caminar junto.
Estos ejercicios te permiten tener más control de tu lomito en situaciones cotidianas, así como mejorar la comunicación con él.
Mantén las sesiones cortas (de 10 a 15 minutos) y finaliza siempre con una nota positiva.
Establece horarios fijos
Aunque no lo creas, alimentarlo, sacarlo a pasear y adiestrarlo siempre a la misma hora lo ayudará a anticipar lo que va a suceder y se sentirá más tranquilo. Recuerda: ¡los lomitos adoran la rutina!
5. Aborda problemas comunes de conducta
Muchos perros adoptados presentan problemas de conducta como ladridos excesivos, destrucción de objetos o miedo a las personas. Estos comportamientos no son “malos” per se, sino señales de estrés o inseguridad.
Ladridos excesivos, ansiedad por separación o agresividad
Si notas que estos problemas persisten o se intensifican es recomendable buscar apoyo profesional. Un adiestrador con enfoque positivo o un etólogo certificado podrá diseñar un plan personalizado para tu perro.
Socialización progresiva
¡Esto también es muy importante! Expón a tu perro a nuevos estímulos -otros lomitos, personas diferentes, lugares distintos- de forma gradual, porque forzar interacciones puede ser contraproducente.
Observa sus reacciones y retrocede si muestra signos de incomodidad.
¿Cuándo acudir a un adiestrador profesional?
Aunque hay muchas cosas que puedes hacer por tu cuenta, en algunos casos es mejor recurrir a un experto, especialmente si no tienes la paciencia o el tiempo para aprender a entrenar a tu perro y practicar todos los días, sin excepción.
Indicadores de que necesitas ayuda extra
- Si tu perro tiene reacciones agresivas ante personas o animales.
- Si presenta conductas destructivas frecuentes.
- Si tiene miedo extremo o falta de progreso después de varias semanas de entrenamiento por tu cuenta.
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Conclusión: tu perro necesita amor, estructura y tiempo
El adiestramiento de un perro adoptado no se trata solo de obediencia, sino de construir una relación sólida basada en respeto, comunicación y afecto. Recuerda que cada avance, por pequeño que sea, es una victoria.
Con paciencia, consistencia y, si es necesario, ayuda profesional, lograrás tener un perro feliz, equilibrado y confiado.


