Entrenamiento: Cómo evitar que mi perro pida comida
No te preocupes: con constancia, paciencia y refuerzo positivo, puedes enseñarle a tu perro a comportarse tranquilo mientras comes.

Si cada vez que te sientas a comer tu perro se te queda viendo con cara de “por favor comparte un poquito”, no estás solo. Es una escena muy común: miradas tiernas, patitas sobre la pierna, ladridos discretos o, en casos más insistentes, un verdadero “drama” en la mesa.
Aunque parezca inofensivo darle un pedacito de pollo o una galleta “solo hoy”, lo cierto es que estás reforzando un comportamiento que puede volverse un hábito difícil de romper.
¿Por qué los perros piden comida?
Antes de corregir el comportamiento, hay que entenderlo. Los perros son animales muy inteligentes y observadores: si una vez piden comida y la consiguen, aprenden rápidamente que esa estrategia funciona.
De acuerdo con la American Kennel Club (AKC), la conducta de mendigar suele deberse a una de estas razones:
- Aprendizaje previo: alguien le dio comida de la mesa y lo asoció con una recompensa.
- Búsqueda de atención: algunos perros piden comida no por hambre, sino porque así logran que los mires o les hables.
- Rutinas desordenadas: si no tiene horarios fijos de alimentación, pedirá cada vez que tú comas.
- Aburrimiento o ansiedad: pedir comida también puede ser una forma de liberar estrés o llamar la atención.
La Royal Society for the Prevention of Cruelty to Animals (RSPCA) señala que los perros que viven en entornos donde los humanos comen frecuentemente cerca de ellos desarrollan la costumbre de “mendigar” porque confunden ese momento con una oportunidad de obtener premios o atención.
Errores comunes que refuerzan este comportamiento
A veces, sin darnos cuenta, somos nosotros quienes mantenemos viva la conducta. Algunos errores frecuentes son:
- “Solo un poquito” de tu plato: aunque parezca insignificante, tu perro aprende que insistir da resultado.
- Ceder ante su mirada: los perros son expertos en expresarse con ternura, pero no hay que caer en la trampa.
- Comer con él cerca: si está junto a la mesa, el estímulo (el olor de la comida) es demasiado fuerte.
- No tener horarios definidos: los perros necesitan rutinas; si su cuerpo no tiene un horario fijo para comer, su apetito se vuelve impredecible.
La clave es no reforzar la conducta ni positiva ni negativamente. Gritarle o regañarlo puede aumentar su ansiedad, y darle comida “solo esta vez” refuerza la costumbre.
Cómo enseñar a tu perro a no pedir comida
El entrenamiento requiere coherencia y práctica diaria. Aquí te explicamos una estrategia sencilla basada en el refuerzo positivo.
Paso 1. Ignora la conducta
Si tu perro empieza a pedir comida, no lo mires, no le hables y no lo toques. Cualquier tipo de atención (incluso un “¡ya basta!”) puede interpretarse como recompensa.
Mantén la calma y continúa comiendo como si no existiera. Al principio puede insistir más, pero eventualmente dejará de hacerlo.
Paso 2. Refuerza el buen comportamiento
Cuando tu perro
se aleje o permanezca tranquilo, prémialo al final de tu comida.
Puedes usar una croqueta de su alimento o una golosina para perros. Lo importante es que
la recompensa llegue después del comportamiento correcto, no durante el error.
También puedes enseñarle comandos como “a tu lugar” o “espera”. Cada vez que obedezca y se quede quieto mientras comes, refuérzalo con calma y elogios.
Paso 3. Crea rutinas consistentes
Los perros aprenden mejor con estructura.
- Dale de comer antes o después de tus comidas, a la misma hora todos los días.
- Asegúrate de que su alimento sea nutritivo y suficiente.
- Enséñale a quedarse en un tapete, cama o colchoneta mientras tú comes.
- Si no puede evitar acercarse, puedes usar una barrera o puerta para delimitar el espacio.
Esto le ayuda a entender que el momento de tus comidas no es su momento de pedir.
Paso 4. Trabaja el autocontrol con ejercicios de obediencia
Los juegos y ejercicios de control de impulsos fortalecen la paciencia de tu perro:
- Enseña el comando “deja” para que aprenda a soltar comida o ignorarla.
- Practica “espera” y “quieto” antes de que coma su propio alimento.
- Usa refuerzo positivo: cada vez que obedece, gana algo bueno (una caricia, una croqueta, un “¡muy bien!”).
Según la Asociación Mexicana de Médicos Veterinarios Especialistas en Pequeñas Especies (AMMVEPE), este tipo de entrenamiento mejora la comunicación entre el tutor y el perro, disminuye la ansiedad y previene conductas indeseadas como el robo o la mendicidad de comida.
Cuándo pedir ayuda profesional
Si tu perro muestra ansiedad intensa, ladra sin control o incluso se vuelve agresivo al no recibir comida, es momento de buscar ayuda. Un adiestrador canino profesional puede identificar las causas del comportamiento y diseñar un programa de modificación de conducta.
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Conclusión
Tu perro no pide comida por malicia; simplemente ha aprendido que esa estrategia funciona. Con paciencia, coherencia y refuerzo positivo, puedes enseñarle que la calma también trae recompensas.
Recuerda: un perro bien educado y tranquilo durante las comidas vive menos estresado y más feliz, y toda la familia puede disfrutar del momento sin interrupciones.
Y si necesitas ayuda, acércate a una escuela de adiestramiento canino: los especialistas pueden guiarte paso a paso para lograr una convivencia más armoniosa.


