Todo lo que querías saber sobre los Corgi

10 de octubre de 2025

Todo lo que quería saber sobre esta simpática raza y no te habías atrevido a preguntar

Si piensas en un perro simpático, chaparrito, con orejas grandes y cara de travieso, seguramente te viene a la mente un corgi. Esta raza, originaria de Gales, se ha ganado el corazón de millones de personas en todo el mundo, desde familias comunes hasta la mismísima reina Isabel II de Inglaterra, quien fue famosa por tener varios corgis a lo largo de su vida.

Pero más allá de su fama y de su aspecto encantador, los corgis son perros inteligentes, activos y con necesidades muy específicas que no cualquiera está dispuesto a cubrir. 


Aquí te contamos todo lo que debes saber sobre esta raza antes de decidir si es el perro ideal para ti.


Tipos de corgis: semejanzas y diferencias


Existen dos tipos principales de corgis reconocidos por el American Kennel Club (AKC): el Pembroke Welsh Corgi y el Cardigan Welsh Corgi. A simple vista podrían parecer casi iguales, pero si los observas con más atención descubrirás diferencias claras.


El Pembroke Welsh Corgi es quizá el más famoso y el que la mayoría de la gente reconoce de inmediato. Es un poco más pequeño, de cuerpo compacto y con una expresión muy alerta. 


Algo característico es que muchos nacen con la cola muy corta, e incluso en algunos países se acostumbra cortarla (aunque en México cada vez está menos aceptado). Sus orejas son más puntiagudas y rectas, lo que les da ese aire simpático y vivaz que tanto los distingue.


Por otro lado, el Cardigan Welsh Corgi es más robusto y suele tener un cuerpo ligeramente más largo. Su cola es completa y espesa, parecida a la de un zorro, y sus orejas, aunque también erguidas, son un poco más grandes y redondeadas. 

Además, el Cardigan suele presentarse en una mayor variedad de colores, como merle o atigrado, mientras que el Pembroke se limita a tonos como rojo, sable o tricolor.



Carácter de los corgi


El corgi es un perro lleno de chispa. Son inteligentes, cariñosos y se integran fácilmente en la dinámica familiar. Suelen llevarse bien con los niños y disfrutan de la compañía humana, pero también tienen un instinto de pastoreo muy marcado. Eso significa que, a veces, pueden intentar “arrear” a las personas o a otros animales, corriendo detrás de ellos o mordisqueando sus talones.


Ambos tipos comparten muchas cualidades: son perros de pastoreo, muy inteligentes, protectores y con un nivel de energía medio-alto. La diferencia real radica más en la apariencia y en ciertos matices de personalidad: se dice que los Pembroke son un poco más sociables y extrovertidos, mientras que los Cardigan tienden a ser más reservados con los extraños, pero muy leales con su familia.


A los corgi les encanta participar en lo que pasa en casa. Son atentos, vigilantes y no dudarán en ladrar para avisar que alguien se acerca. Si buscas un perro guardián, tal vez no intimide mucho por su tamaño, pero sí te mantendrá alerta.


Mantenimiento de un corgi


Aunque sean pequeños, los corgis no son perros para tener encerrados sin actividad. Necesitan paseos diarios, juegos y estimulación mental, porque se aburren fácilmente y pueden volverse destructivos.


Su pelaje doble requiere cepillado frecuente, sobre todo en temporadas de muda, cuando parecerá que tienes alfombra nueva en la sala. 


Además, hay que cuidar su peso: tienden a engordar con facilidad y eso puede afectar su columna y articulaciones. Una buena dieta, ejercicio constante y visitas al veterinario son clave para mantenerlos saludables.


Problemas de salud comunes en los corgis


Los corgis son, en general, perros resistentes, pero como toda raza tienen predisposiciones:


  • Problemas de columna (por su espalda larga y patas cortas).

  • Displasia de cadera.

  • Enfermedades oculares hereditarias.

  • Mielopatía degenerativa (una enfermedad de la médula espinal).

  • Obesidad, que es quizá el problema más común.

Con chequeos regulares y un estilo de vida saludable, la mayoría de estos riesgos se pueden prevenir o detectar a tiempo.


Adiestramiento de un corgi


Entrenar a un corgi puede ser un reto divertido. Son perros listos y aprenden rápido, pero también pueden ser tercos. Lo ideal es empezar desde cachorros con socialización, obediencia básica y muchas experiencias positivas.

El refuerzo positivo funciona de maravilla: premios, juegos y cariño. Lo que no funciona es la rudeza, porque pueden volverse desconfiados o rebeldes. 


¡En Inteligencia Canina podemos entrenar corgis! Los cursos de adiestramiento canino que ofrecemos son en la ciudad de México. Tenemos 14 sucursales y tres niveles: básico, intermedio y avanzado. 

Y otra cosa importante: los corgi necesitan actividades que canalicen su instinto de pastoreo, como juegos de agilidad, trucos, deportes caninos o hasta juegos de inteligencia en casa.


Qué tomar en cuenta si quieres un perro de esta raza


Antes de dejarte llevar por lo tiernos que se ven, piensa en lo siguiente:


  • ¿Tienes tiempo para ejercitarlo y entrenarlo todos los días?

  • ¿Cuentas con espacio o al menos estás dispuesto a sacarlo a pasear varias veces al día?

  • ¿Estás listo para lidiar con pelo por toda la casa?

  • ¿Puedes cubrir gastos de alimentación de calidad, veterinario y posibles problemas de salud?

Un corgi puede vivir entre 12 y 15 años, así que es un compromiso a largo plazo. Son compañeros alegres, leales y divertidos, pero requieren atención y cuidado constante.


Conclusión


Los corgis son perros irresistibles, no sólo por su apariencia simpática, sino por su gran personalidad. Si tienes la energía, el tiempo y el compromiso para cuidarlos como se merecen, tendrás a tu lado un amigo fiel que te dará amor y momentos inolvidables.



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Llevar a tu perro a la playa es un plan perfecto: corre, juega, se divierte con las olas y vive una aventura que seguramente recordará con pura felicidad. Pero, ojo, la diversión no termina cuando guardas la sombrilla y subes al coche. El verdadero reto empieza después, porque la sal, la arena y el sol pueden dejar estragos en su pelaje, en su piel y hasta en sus patitas. Perrito playero es perrito bañado Lo primero que debes tener en mente es el baño. El agua de mar se adhiere al pelo y lo reseca, mientras que la arena se mete en cada rincón: entre las patas, en las orejas y hasta en el hocico. Si no se retira adecuadamente, puede causar comezón, irritaciones o hasta infecciones. Por eso, lo más recomendable es llevarlo a un servicio de estética canina donde le den un buen baño profesional con productos especiales para perros. Ahí saben qué tipo de shampoo aplicar, cómo enjuagar a fondo y cómo hidratar la piel para que no sufra resequedad después de la exposición al sol y al agua salada. Otro punto clave son las orejas y los ojos. Los perros suelen zambullirse con toda la emoción del mundo, pero esa misma emoción puede dejarles humedad en el oído o sal que irrite sus ojos. En una estética canina pueden hacer una limpieza cuidadosa con productos seguros, evitando riesgos que muchas veces pasamos por alto en casa. Además, suelen revisar las almohadillas de las patas, que después de la arena caliente pueden quedar agrietadas o resecas. Un poco de bálsamo hidratante aplicado por profesionales hace maravillas y evita molestias. Ahora los cuidados en casa El cepillado también es fundamental. Los nudos en el pelo son comunes después de un día de playa, sobre todo en perros de pelo medio o largo. En la estética utilizan los cepillos adecuados y técnicas para deshacer enredos sin lastimar. Incluso, si es necesario, pueden dar un recorte ligero que no solo mejora el aspecto de tu perro, sino que también facilita mantenerlo limpio y fresco en los días siguientes. Además de todo esto, la mayoría de las estéticas incluyen otros servicios como corte de uñas, limpieza de oídos más profunda y hasta revisiones básicas que ayudan a detectar irritaciones en la piel o señales de molestias. Ese “extra” es invaluable, porque garantiza que tu perro no solo quede limpio, sino que también se mantenga sano después de la aventura. Al final, piensa en esto: llevar a tu perro a la playa es un regalo para él, pero los cuidados posteriores son el verdadero acto de amor. No se trata solo de quitarle la arena, sino de asegurarte de que su cuerpo se recupere del sol, del agua salada y del calor. Con la ayuda de una estética canina tendrás la tranquilidad de que cada detalle es atendido por manos expertas, y además tu perro saldrá oliendo delicioso, con el pelo brillante y feliz de la vida. Para la próxima vacación canina Así que la próxima vez que planifiques un paseo playero con tu lomito, incluye en tu itinerario una parada en la estética. Créeme: no hay nada como verlo correr en la arena un día y, al siguiente, verlo descansar limpio, fresco y con la cola moviéndose de pura satisfacción. Porque sí, la playa es para disfrutar, pero la estética es para que esa alegría dure mucho más tiempo.
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Los perros, al igual que los humanos, pueden sufrir distintas enfermedades respiratorias que afectan desde la garganta hasta los pulmones. Algunas se desarrollan por bacterias y otras por virus o parásitos, y algunas son contagiosas entre los lomitos. Es importante reconocer los síntomas a tiempo y llevar a tu perro al veterinario lo más pronto posible para evitar complicaciones graves. Tipos de enfermedades respiratorias caninas y síntomas Tos de las perreras También llamada traqueobronquitis infecciosa canina, es una de las enfermedades respiratorias más comunes en perros que conviven en guarderías, pensiones o parques. Causa: generalmente una combinación de virus y bacterias, como el virus parainfluenza canina y Bordetella bronchiseptica . Síntomas: tos seca y persistente (similar a un “graznido de ganso”), arcadas, estornudos y, en algunos casos, fiebre leve. Gravedad: suele ser leve, pero en cachorros, perros mayores o inmunodeprimidos puede complicarse y derivar en neumonía. Gripe canina (influenza) La influenza canina es una enfermedad altamente contagiosa entre perros, aunque no se transmite a humanos. Causa: virus de la influenza canina H3N2 y H3N8. Síntomas: fiebre, secreción nasal acuosa o espesa, tos húmeda, estornudos, letargo y pérdida de apetito. Gravedad: en la mayoría de los casos es moderada, pero algunos perros desarrollan infecciones secundarias que afectan los pulmones. Neumonía en perros La neumonía es una infección grave de los pulmones que puede poner en riesgo la vida del perro si no se trata a tiempo. Causa: bacterias, virus, hongos o aspiración de vómito/líquidos. Síntomas: fiebre, dificultad para respirar (respiración rápida o agitada), secreción nasal purulenta, tos húmeda, decaimiento extremo. Gravedad: requiere atención veterinaria inmediata, ya que puede evolucionar rápidamente y causar complicaciones severas. Parásitos respiratorios Aunque menos comunes, los gusanos pulmonares también pueden afectar a los perros. Causa: parásitos como Oslerus osleri o Angiostrongylus vasorum , que se transmiten por contacto con heces infectadas, caracoles o babosas. Síntomas: tos crónica, jadeos, dificultad para respirar, pérdida de peso y, en casos graves, problemas cardíacos. Gravedad: sin tratamiento, los parásitos pueden dañar gravemente el sistema respiratorio y circulatorio. ¿Cómo prevenir estas enfermedades respiratorias en los perros? Vacunas actualizadas: protegen contra bordetella y la influenza canina. Evitar el contacto con perros enfermos: especialmente en guarderías, parques y pensiones. Higiene constante: limpiar camas, platos y juguetes para reducir la exposición a agentes infecciosos. Protección contra cambios de clima: evitar que el lomito duerma en lugares fríos o húmedos. Visitas regulares al veterinario: permiten detectar problemas respiratorios en etapas tempranas. Preguntas frecuentes sobre enfermedades respiratorias en perros ¿Cómo saber si mi perro tiene un problema respiratorio? Si presenta tos persistente, estornudos constantes, secreción nasal, jadeo o dificultad para respirar, es señal de que puede tener una enfermedad respiratoria. ¿La tos de las perreras se cura sola? En muchos casos leves, sí, pero siempre es recomendable consultar al veterinario para descartar complicaciones como neumonía. ¿Puedo contagiarme de la gripe canina? No, la influenza canina no se transmite a humanos, solo entre perros. ¿Cuánto tarda en recuperarse un perro con neumonía? Depende de la gravedad, pero con tratamiento adecuado la recuperación puede tardar de dos a seis semanas. ¿Se pueden prevenir los parásitos pulmonares? Sí, evitando que el perro ingiera caracoles, babosas o heces contaminadas, y siguiendo un plan regular de desparasitación. Conclusión Las enfermedades respiratorias en perros van desde molestias leves -como la tos de las perreras- hasta afecciones graves como la neumonía o los parásitos pulmonares. Estar atento a los síntomas, vacunar a tu lomito y mantener buenos hábitos de prevención puede marcar la diferencia entre una recuperación rápida y una complicación peligrosa. Ante cualquier signo de tos persistente o dificultad para respirar, lo más seguro es llevar a tu perro al veterinario de inmediato.
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El uso de chips en perros se ha convertido en una de las herramientas más efectivas para garantizar su seguridad y bienestar. Estos pequeños dispositivos, implantados de forma subcutánea, funcionan como una especie de “identificación digital” permanente que contiene un número único asociado a los datos de contacto del dueño. En caso de extravío, un veterinario o centro autorizado puede escanear al animal y acceder a la información necesaria para reunirlo con su familia. ¿Es moda tecnológica? Más allá de la tecnología, la verdadera importancia del chip radica en que brinda tranquilidad tanto a los dueños como a las autoridades encargadas de rescatar animales. A diferencia de collares o placas, que pueden perderse o ser retirados, el microchip permanece en el cuerpo del perro durante toda su vida, sin causar molestias ni efectos secundarios. Su instalación es rápida, indolora y segura, lo que lo convierte en un recurso confiable para la tenencia responsable. ¿Me ayuda en algo al entrenamiento de mi perro? Sin embargo, es fundamental aclarar que el chip no sustituye el cuidado ni el entrenamiento. Un perro con chip puede ser localizado después de un extravío, pero lo ideal es reducir al mínimo la posibilidad de que se pierda o se ponga en riesgo. Aquí entra en juego la importancia de un buen entrenamiento. Enseñar a un perro a responder a órdenes básicas como “ven”, “quieto” o “junto” puede marcar la diferencia en situaciones cotidianas: una puerta abierta, un paseo sin correa o un susto inesperado. La obediencia no solo refuerza el vínculo entre dueño y mascota, también protege la integridad del animal. Si necesitas ayuda recuerda que tenemos diferentes niveles y cursos preparados para ti . El chip y el entrenamiento, en conjunto, representan una estrategia integral. Por un lado, el dispositivo ofrece una red de seguridad en caso de que el perro se extravíe. Por otro, el adiestramiento actúa como una medida preventiva que disminuye la probabilidad de accidentes, peleas con otros animales o escapes. Además, un perro entrenado es más fácil de manejar en entornos públicos, lo que reduce el estrés tanto para él como para su familia. ¿Es obligatorio en México? En muchos países, la colocación del chip ya es obligatoria como parte de la regulación de animales de compañía. Esto refleja el reconocimiento de su utilidad, no solo en términos de identificación, sino también en la lucha contra el abandono y la sobrepoblación. Sin embargo, la responsabilidad última recae en el propietario. Implantar un chip y no registrar los datos de forma adecuada, o no actualizarlos en caso de mudanza, anula gran parte de su utilidad. En conclusión, el chip en perros no debe verse como una solución aislada, sino como un complemento dentro de un enfoque responsable de cuidado. Al combinarlo con un entrenamiento adecuado, el dueño no solo asegura la localización de su mascota en caso de pérdida, sino que también fomenta su seguridad, convivencia armónica y bienestar integral. Es una inversión doble: en tecnología y en educación, cuyo retorno es invaluable, pues se traduce en la tranquilidad de tener a nuestro mejor amigo protegido y preparado para convivir en un mundo lleno de estímulos y posibles riesgos.
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