¿Debería limpiarle las orejas a mi perro en casa?
Limpiarle las orejas a tu perro en casa puede parecer una buena idea pero siempre hay riesgos

Limpiarle las orejas a tu perro parece algo sencillo. Muchas personas lo ven como parte natural del aseo, igual que un baño o un cepillado. Pero el oído del perro es delicado, profundo y con forma de “L”, así que cualquier error puede terminar causando irritación, dolor o infecciones. Antes de intentar hacerlo por tu cuenta, es importante conocer qué peligros existen y cómo evitar pasar de ayudar… a causar un problema.
El canal auditivo del perro no es como el nuestro
El oído canino tiene dos tramos: uno vertical y otro horizontal. Esto hace que cualquier objeto o presión excesiva empuje suciedad hacia adentro. Lo que parece una limpieza puede convertirse en una obstrucción que cause molestias o inflamación.
Empujar la cera hacia el fondo
Este es uno de los riesgos más frecuentes. Los hisopos, por ejemplo, rara vez sacan la suciedad: más bien la compactan. Cuando la cera queda atrapada al fondo, tu perro puede sacudir la cabeza con fuerza, rascarse o mostrar dolor al tacto. Esa acumulación puede terminar en infección.
Provocar irritación o microlesiones
La piel dentro del oído es extremadamente sensible. Una gasa dura, un hisopo o incluso un movimiento brusco pueden causar raspaduras internas. Estas pequeñas lesiones son invisibles para ti, pero muy dolorosas para tu perro… y perfectas para que entren bacterias u hongos.
Usar productos inadecuados
Muchos remedios caseros —alcohol, agua oxigenada, vinagre— suenan bien en teoría, pero irritan, resecan o queman la piel del canal auditivo. Además alteran el pH natural del oído, lo que facilita la aparición de hongos. Lo ideal es usar únicamente limpiadores aprobados para uso veterinario.
No detectar una infección a tiempo
A veces el dueño cree que ve “suciedad”, cuando en realidad es una infección en desarrollo. Si hay mal olor, secreción café o amarillenta, inflamación, dolor o tu perro evita que toques la zona, no es momento de limpiar: es momento de visitar al veterinario. La limpieza casera en estas situaciones empeora la condición.
Generar miedo o sensibilidad en tu perro
Un procedimiento incómodo puede provocar que tu perro empiece a rechazar cualquier manipulación de sus orejas. Esto puede afectar futuros baños, grooming o revisiones veterinarias. Una mala experiencia hoy puede convertirse en un problema de conducta mañana.
Entonces, ¿qué sí puedes hacer en casa?
Revisar sus orejas, mantenerlas secas después del baño y limpiar únicamente la parte externa, nunca el canal. Si notas suciedad profunda, mal olor o secreción, deja el resto en manos profesionales. Un groomer certificado o un veterinario tienen las herramientas y la técnica adecuada para hacerlo sin lastimar.











