El moquillo en los perros empieza como si fuera un resfriado, pero si no se trata se convierte en la enfermedad viral más mortal después del parvovirus. Primero ataca el sistema respiratorio y después el inmunológico, digestivo, nervioso y neurológico.
Esta enfermedad es tan severa y mortal que por eso es fundamental vacunar a los cachorros a tiempo y no exponerlos a otros animales o espacios antes de recibir las vacunas contra el moquillo o distemper.
Todos los perros están en riesgo, pero mucho más los
cachorritos menores de 4 meses y los peludos que no han sido vacunados
contra esta enfermedad.
Al principio, los ojitos se les ponen acuosos o muy lagañosos. Después empiezan a tener fiebre, mocos, tos, letargo, menos apetito y vómito. Podría parecer un resfriado severo, pero esta es la etapa inicial del moquillo.
Cuando el virus comienza a atacar el sistema nervioso, los perros desarrollan conductas como andar mucho en círculos, ladear la cabeza todo el tiempo, espasmos musculares, convulsiones, salivación excesiva y parálisis parcial o completa.
Las patitas también indican si hay presencia de distemper, pues los cojinetes se endurecen mucho.
El distemper suele ser fatal y los perros que sobreviven generalmente tienen daños permanentes en el sistema nervioso.
En el texto Virus del moquillo canino, la doctora Karen Becker explica que los perros que llevan un tratamiento veterinario convencional tienen una tasa de mortalidad del 50 al 75%, dependiendo de la fuerza del sistema inmunológico del peludo, los síntomas y la agresividad del virus.
Como no hay cura para el moquillo, los perros que viven con el virus generalmente
reciben otros tratamientos a lo largo de su vida para prevenir infecciones secundarias, controlar los vómitos, diarrea y síntomas neurológicos.
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