Aunque muchas personas piensan que es lo mismo, la reactividad y agresividad en los perros son cosas diferentes, aunque pueden estar estrechamente relacionadas.
La realidad es que un gran porcentaje de perros reactivos sí se vuelven agresivos en determinadas situaciones. Pero vamos paso a paso.
Según el American Kennel Club (AKC), la reactividad es una situación en la que un perro reacciona a los estímulos. Esto puede ser cualquier cosa que lo haga sentir incómodo, como que le pongan la correa, estar con niños hiperactivos, tener a personas extrañas en casa, ruidos fuertes, ver a otros animales, etc.
Cuando un perro reactivo se encuentra con tales estímulos generalmente se siente estresado, ansioso, temeroso y amenazado y puede mostrar algunas reacciones que incluyen gruñir, ladrar, rebotar, embestir, tirar, retirarse a espacios seguros o hasta morder.
Un perro reactivo es un lomito que presenta estos comportamientos cada vez que es expuesto a una “situación incómoda”. Para ello es importante que tu amigo peludo reluzca un
entrenamiento canino especifico a elegir.
La reactividad en los perros puede ser causada por varios factores, entre ellos, la falta de socialización, el insuficiente entrenamiento canino, experiencias traumáticas y hasta la genética.
En realidad, la reactividad es alimentada principalmente por el miedo.
Si eres dueño de un perro reactivo es posible que pienses que es agresivo.
Como ya te contamos, la reactividad de un perro es una reacción a ciertos estímulos que lo ponen incómodo y que le generan miedo. La agresión, por otro lado, es la amenaza intencional de daño hacia un individuo, humano o animal.
Un perro reactivo es un lomito que quiere interactuar con el mundo de manera normal, pero no puede hacerlo. Cuando se encuentra con un “desencadenante” -ese estímulo que lo incomoda demasiado- intentará controlarse, pero si el miedo supera su umbral lo más probable es que reaccione con alguno de los comportamientos que ya te mencionamos.
Aunque la reactividad en los perros es, principalmente, un problema de socialización -insuficiente o nula-, entrenamiento y abuso o experiencias traumáticas, la genética también es importante.
Estas son algunas razas de perros que pueden ser más reactivas que otras:
La socialización sana y temprana -tanto con otros animales como con humanos- es fundamental para disminuir la posibilidad de desarrollar reactividad en un perro.
El adiestramiento canino también es una manera de disminuir las probabilidades de desarrollar reactividad en un perro.
Pero si tu perro ya es reactivo sí es posible revertirlo. Inteligencia Canina recomienda inscribirlo a curso de adiestramiento canino para que aprenda los comandos básicos de comportamiento y, además, a socializar con otros peludos.
Si el problema es demasiado grave lo ideal es consultar con un etólogo canino cuál es la mejor opción o método de rehabilitación para tu lomito.
Ayudarle a un perro reactivo a integrarse al mundo de manera sana requiere paciencia, pero es posible y vale la pena.
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