Cómo Hacer que mi Perro no se Suba a la Cama ni al Sofá

19 de marzo de 2021

Listo, ya lo decidiste: tu perro no puede subir a tu cama ni al sofá. Ahora la gran duda es: ¿Cómo entrenarlo para que no lo haga? 

Afortunadamente hay varios métodos para lograrlo, pero definitivamente el castigo no es la mejor opción. Y si es un castigo tardío, peor. Recuerda que después de 2 segundos los perros no pueden asociar un castigo con algo que hicieron, así que no sirve de nada. 

Aquí te vamos a enseñar cómo hacer que tu perro no se suba a la cama ni al sofá. 

Enseñarle el “comportamiento incompatible”


Esto significa enseñarle a que se quede quieto, sentado o echado donde tú le indiques.


Estos ejercicios los aprenden en nuestros cursos de adiestramiento canino. Si tú le ordenas que se quede sentado o echado, esas instrucciones son incompatibles con subirse al sillón o a la cama. 


Aquí la desventaja es que si no estás presente para controlar la situación y activar la conducta incompatible, el perrito tendría que estar en un área restringida donde no tenga acceso a cometer la conducta indeseada.

Cómo hacer que mi perro no se suba a la cama ni al sofá
Cómo hacer que mi perro no se suba a la cama ni al sofá

Darle permiso con una orden


Puedes enseñarle a tu perro a subirse a la cama o al sillón solo cuando tú lo ordenes.

Hazlo con palabras como “sube” o “arriba”, por ejemplo. 


La idea en este método es que si el perro no recibe la orden no encontrará mucho sentido en subirse a la cama o el sillón. 

Premiar la ausencia de la conducta indeseable 


Cuando tu perro esté en el piso, es decir, no subiéndose a la cama o al sillón, prémialo frecuentemente (hazlo con snacks saludables, de preferencia). Nunca lo premies si está en la cama o el sillón. 


Así, el perro buscará permanecer abajo porque tú le moldeas la conducta y sabe que abajo hay premiecillos (no siempre los habrá, pues eventualmente se van retirando)

Poner barreras físicas


Esta es la manera más sencilla. Si no tienes tiempo de educar a tu perro con los métodos anteriores, puedes limitar el acceso a los lugares que no tiene permitidos (como la cama o el sillón). 


Pon una barrera física como una rejita para perros, de esas que se empotran a la pared o que se pueden acomodar de distintas maneras. 

¿Nada funciona?

Sabemos que los perritos son distintos y que algunos métodos funcionan para unos, pero no para otros. 

Si ya probaste con los métodos anteriores y tu perro no responde, quizá la opción es el refuerzo negativo. 

No te asustes. Esto no es lo mismo que un castigo. El refuerzo negativo debe ocurrir justo en el momento de la acción que quieres corregir o cambiar. 


Algo que puedes utilizar para que tu perro no se suba a la cama o al sillón es un collar de adiestramiento, el cual lo incomodara con una estimulación desagradable cada que lo haga. 

Cuando veas que tu perro se sube tú deberás activar ese estímulo. 

Si no tienes tiempo de observar, ya existen dispositivos electrónicos que en automático lo hacen. Solo debes colocar un transmisor en el lugar prohibido y listo. Cuando tu perro suba el estímulo se activará solo.

Cómo evitar que mi perro suba al sofá [Vídeo]


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Aunque es normal que los perros se rasquen ocasionalmente, cuando lo hacen con frecuencia puede ser señal de que algo anda mal. Entender la causa es clave para aliviar su malestar y evitar que el problema empeore. Una de las razones más comunes son las pulgas y garrapatas . Incluso si no las ves, basta una picadura para provocar una reacción alérgica. Algunos perros son especialmente sensibles a la saliva de las pulgas y pueden desarrollar dermatitis alérgica, lo que causa picazón intensa, caída de pelo y enrojecimiento de la piel. Un tratamiento antipulgas adecuado y la limpieza profunda del entorno son esenciales. ¿Alergias en mi perro? Otra causa frecuente es la alergia ambiental . Al igual que los humanos, muchos perros reaccionan al polen, al polvo, al pasto o a los ácaros. Estas alergias suelen ser estacionales y pueden provocar picazón en patas, orejas o abdomen. En estos casos, un veterinario puede recomendar antihistamínicos o tratamientos específicos para controlar los síntomas. También hay que considerar las alergias alimentarias . Algunos perros desarrollan sensibilidad a ciertos ingredientes de su dieta, como el pollo, el res o los granos. La picazón suele acompañarse de problemas digestivos o infecciones recurrentes en la piel y oídos. En estos casos, se recomienda una dieta de eliminación para identificar el ingrediente problemático. ¿Resequedad debajo de todo ese pelo? La sequedad de la piel es otra causa común. El clima, los baños excesivos o el uso de champús inadecuados pueden eliminar los aceites naturales del pelaje. Un buen baño con productos hipoalergénicos, una dieta rica en ácidos grasos y una hidratación adecuada pueden ayudar mucho. Siempre puedes buscar apoyo en especialistas estéticos o de grooming . Por último, no hay que descartar causas emocionales. El estrés, la ansiedad o el aburrimiento pueden hacer que un perro se lama o se rasque por hábito. Si notas que lo hace cuando está solo o tras cambios en su rutina, es posible que necesite más estimulación mental, ejercicio o compañía. No dejes de poner atención a tu perrito En resumen, la picazón constante es un síntoma, no una enfermedad. La clave está en observar otros signos —como pérdida de pelo, enrojecimiento o mal olor— y acudir al veterinario para un diagnóstico preciso. Ignorar el problema solo aumentará la incomodidad y el riesgo de infecciones. Un perro sano no debería rascarse todo el día, y con el tratamiento adecuado, volverá a sentirse tranquilo y feliz.
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Llevar a tu perro a la playa es un plan perfecto: corre, juega, se divierte con las olas y vive una aventura que seguramente recordará con pura felicidad. Pero, ojo, la diversión no termina cuando guardas la sombrilla y subes al coche. El verdadero reto empieza después, porque la sal, la arena y el sol pueden dejar estragos en su pelaje, en su piel y hasta en sus patitas. Perrito playero es perrito bañado Lo primero que debes tener en mente es el baño. El agua de mar se adhiere al pelo y lo reseca, mientras que la arena se mete en cada rincón: entre las patas, en las orejas y hasta en el hocico. Si no se retira adecuadamente, puede causar comezón, irritaciones o hasta infecciones. Por eso, lo más recomendable es llevarlo a un servicio de estética canina donde le den un buen baño profesional con productos especiales para perros. Ahí saben qué tipo de shampoo aplicar, cómo enjuagar a fondo y cómo hidratar la piel para que no sufra resequedad después de la exposición al sol y al agua salada. Otro punto clave son las orejas y los ojos. Los perros suelen zambullirse con toda la emoción del mundo, pero esa misma emoción puede dejarles humedad en el oído o sal que irrite sus ojos. En una estética canina pueden hacer una limpieza cuidadosa con productos seguros, evitando riesgos que muchas veces pasamos por alto en casa. Además, suelen revisar las almohadillas de las patas, que después de la arena caliente pueden quedar agrietadas o resecas. Un poco de bálsamo hidratante aplicado por profesionales hace maravillas y evita molestias. Ahora los cuidados en casa El cepillado también es fundamental. Los nudos en el pelo son comunes después de un día de playa, sobre todo en perros de pelo medio o largo. En la estética utilizan los cepillos adecuados y técnicas para deshacer enredos sin lastimar. Incluso, si es necesario, pueden dar un recorte ligero que no solo mejora el aspecto de tu perro, sino que también facilita mantenerlo limpio y fresco en los días siguientes. Además de todo esto, la mayoría de las estéticas incluyen otros servicios como corte de uñas, limpieza de oídos más profunda y hasta revisiones básicas que ayudan a detectar irritaciones en la piel o señales de molestias. Ese “extra” es invaluable, porque garantiza que tu perro no solo quede limpio, sino que también se mantenga sano después de la aventura. Al final, piensa en esto: llevar a tu perro a la playa es un regalo para él, pero los cuidados posteriores son el verdadero acto de amor. No se trata solo de quitarle la arena, sino de asegurarte de que su cuerpo se recupere del sol, del agua salada y del calor. Con la ayuda de una estética canina tendrás la tranquilidad de que cada detalle es atendido por manos expertas, y además tu perro saldrá oliendo delicioso, con el pelo brillante y feliz de la vida. Para la próxima vacación canina Así que la próxima vez que planifiques un paseo playero con tu lomito, incluye en tu itinerario una parada en la estética. Créeme: no hay nada como verlo correr en la arena un día y, al siguiente, verlo descansar limpio, fresco y con la cola moviéndose de pura satisfacción. Porque sí, la playa es para disfrutar, pero la estética es para que esa alegría dure mucho más tiempo.