Cómo enseñarle a tu perro a dejar de comer popó

6 de agosto de 2024

!Tu perro se está comiendo la popó seca de otro perro!



Vas al parque y de pronto ves algo que te horroriza: ¡tu perro se está comiendo la popó seca de otro perro! Pasa el tiempo y tu lomito sigue con este comportamiento. Te preocupas, pero tomas acción: quieres enseñarle a tu perro a dejar de comer popó de una vez por todas. 


En este artículo te explicamos por qué lo hacen y cómo puedes enseñarle a tu perro a dejar de comer excrementos.


¿Por qué a los perros les gusta la popó?


Este comportamiento, conocido como coprofagia, suena asqueroso, pero no es tan raro como parece y puede tener diversas causas.


Una razón es que los perros son carroñeros por naturaleza. En el estado salvaje, consumir heces podría haber sido una manera de obtener nutrientes adicionales cuando los alimentos eran escasos. Además, algunos perros simplemente encuentran atractivo el olor y sabor de las heces, especialmente si contienen restos de alimentos no digeridos.


A mi perro le gusta la popó de gato: ¿por qué?


La popó de gato es especialmente atractiva para los perros debido a que la comida para los michis suele ser más rica en proteínas y grasas en comparación con la comida para perros. 


Los residuos de estos nutrientes en las heces pueden hacer que la popó de gato sea un "bocadillo" irresistible para los perros. Además, los perros pueden sentir curiosidad y estar motivados por el comportamiento exploratorio.


Razones por las que tu perro podría estar comiendo popó


Deficiencias nutricionales


Si la dieta de tu perro carece de ciertos nutrientes esenciales, podría intentar obtenerlos a través de la coprofagia. Asegúrate de que tu lomito lleve una alimentación equilibrada y adecuada a sus necesidades.


Problemas digestivos


Algunos perros comen popó debido a problemas digestivos que impiden la correcta absorción de nutrientes. En estos casos, el perro podría estar tratando de compensar la falta de nutrientes consumiendo heces.


Estrés o ansiedad


El estrés y la ansiedad pueden llevar a comportamientos compulsivos en los perros, incluyendo la coprofagia. Los cambios en el entorno, la falta de ejercicio o la ausencia de los dueños por largos periodos pueden ser desencadenantes.


Imitación y atención


Los perros son animales sociales y a menudo imitan el comportamiento de otros perros. Si un perro observa a otro comiendo heces, podría intentar hacer lo mismo. Además, algunos perros descubren que este comportamiento atrae la atención de sus dueños, aunque sea negativa.


Cómo evitar que tu perro coma popó


Dale una dieta balanceada


Asegúrate que tu perro reciba una alimentación equilibrada y de alta calidad que cubra todas sus necesidades nutricionales. Consulta con tu veterinario para elegir el alimento adecuado para tu lomito.


Mantén el entorno limpio


Recoge la popó de tu perro y de otros animales en tu casa, depa, terraza, balcón o jardín lo más pronto posible. Esto reducirá las oportunidades de que tu perro tenga acceso a ellas.


Usa productos repelentes


Existen productos comerciales que se pueden agregar a la comida de tu perro para que sus heces tengan un sabor desagradable. Consulta con tu veterinario sobre estas opciones.


Ejercicio y estimulación mental 


Dale a tu perro suficiente ejercicio y estímulos mentales para mantenerlo ocupado y reducir el estrés. Juega con él, ofrécele juguetes interactivos y asegúrate de que tenga tiempo suficiente para explorar y
socializar.


Entrenamiento y refuerzo positivo


Enséñale comandos básicos como "deja" o "suelta" y recompénsalo cada vez que obedezca. El refuerzo positivo es crucial para cambiar comportamientos no deseados. Evita castigarlo, ya que esto puede aumentar el estrés y empeorar el problema.


Si te parece una tarea titánica, los entrenadores de Inteligencia Canina pueden ayudarte. El curso de
adiestramiento canino a domicilio en CDMX está pensado para corregir malos hábitos y problemas cotidianos con los perros. 


Consulta al veterinario


Si la coprofagia persiste, es importante llevar a tu perro al veterinario para descartar problemas médicos subyacentes. El o la veterinaria podrá realizar exámenes y recomendar tratamientos específicos según el caso.


Enseñar a tu perro a dejar de comer popó puede ser un proceso que requiere paciencia y consistencia, pero con las estrategias adecuadas, es posible corregir este comportamiento y asegurar el bienestar de tu lomito.


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Aunque es normal que los perros se rasquen ocasionalmente, cuando lo hacen con frecuencia puede ser señal de que algo anda mal. Entender la causa es clave para aliviar su malestar y evitar que el problema empeore. Una de las razones más comunes son las pulgas y garrapatas . Incluso si no las ves, basta una picadura para provocar una reacción alérgica. Algunos perros son especialmente sensibles a la saliva de las pulgas y pueden desarrollar dermatitis alérgica, lo que causa picazón intensa, caída de pelo y enrojecimiento de la piel. Un tratamiento antipulgas adecuado y la limpieza profunda del entorno son esenciales. ¿Alergias en mi perro? Otra causa frecuente es la alergia ambiental . Al igual que los humanos, muchos perros reaccionan al polen, al polvo, al pasto o a los ácaros. Estas alergias suelen ser estacionales y pueden provocar picazón en patas, orejas o abdomen. En estos casos, un veterinario puede recomendar antihistamínicos o tratamientos específicos para controlar los síntomas. También hay que considerar las alergias alimentarias . Algunos perros desarrollan sensibilidad a ciertos ingredientes de su dieta, como el pollo, el res o los granos. La picazón suele acompañarse de problemas digestivos o infecciones recurrentes en la piel y oídos. En estos casos, se recomienda una dieta de eliminación para identificar el ingrediente problemático. ¿Resequedad debajo de todo ese pelo? La sequedad de la piel es otra causa común. El clima, los baños excesivos o el uso de champús inadecuados pueden eliminar los aceites naturales del pelaje. Un buen baño con productos hipoalergénicos, una dieta rica en ácidos grasos y una hidratación adecuada pueden ayudar mucho. Siempre puedes buscar apoyo en especialistas estéticos o de grooming . Por último, no hay que descartar causas emocionales. El estrés, la ansiedad o el aburrimiento pueden hacer que un perro se lama o se rasque por hábito. Si notas que lo hace cuando está solo o tras cambios en su rutina, es posible que necesite más estimulación mental, ejercicio o compañía. No dejes de poner atención a tu perrito En resumen, la picazón constante es un síntoma, no una enfermedad. La clave está en observar otros signos —como pérdida de pelo, enrojecimiento o mal olor— y acudir al veterinario para un diagnóstico preciso. Ignorar el problema solo aumentará la incomodidad y el riesgo de infecciones. Un perro sano no debería rascarse todo el día, y con el tratamiento adecuado, volverá a sentirse tranquilo y feliz.
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Llevar a tu perro a la playa es un plan perfecto: corre, juega, se divierte con las olas y vive una aventura que seguramente recordará con pura felicidad. Pero, ojo, la diversión no termina cuando guardas la sombrilla y subes al coche. El verdadero reto empieza después, porque la sal, la arena y el sol pueden dejar estragos en su pelaje, en su piel y hasta en sus patitas. Perrito playero es perrito bañado Lo primero que debes tener en mente es el baño. El agua de mar se adhiere al pelo y lo reseca, mientras que la arena se mete en cada rincón: entre las patas, en las orejas y hasta en el hocico. Si no se retira adecuadamente, puede causar comezón, irritaciones o hasta infecciones. Por eso, lo más recomendable es llevarlo a un servicio de estética canina donde le den un buen baño profesional con productos especiales para perros. Ahí saben qué tipo de shampoo aplicar, cómo enjuagar a fondo y cómo hidratar la piel para que no sufra resequedad después de la exposición al sol y al agua salada. Otro punto clave son las orejas y los ojos. Los perros suelen zambullirse con toda la emoción del mundo, pero esa misma emoción puede dejarles humedad en el oído o sal que irrite sus ojos. En una estética canina pueden hacer una limpieza cuidadosa con productos seguros, evitando riesgos que muchas veces pasamos por alto en casa. Además, suelen revisar las almohadillas de las patas, que después de la arena caliente pueden quedar agrietadas o resecas. Un poco de bálsamo hidratante aplicado por profesionales hace maravillas y evita molestias. Ahora los cuidados en casa El cepillado también es fundamental. Los nudos en el pelo son comunes después de un día de playa, sobre todo en perros de pelo medio o largo. En la estética utilizan los cepillos adecuados y técnicas para deshacer enredos sin lastimar. Incluso, si es necesario, pueden dar un recorte ligero que no solo mejora el aspecto de tu perro, sino que también facilita mantenerlo limpio y fresco en los días siguientes. Además de todo esto, la mayoría de las estéticas incluyen otros servicios como corte de uñas, limpieza de oídos más profunda y hasta revisiones básicas que ayudan a detectar irritaciones en la piel o señales de molestias. Ese “extra” es invaluable, porque garantiza que tu perro no solo quede limpio, sino que también se mantenga sano después de la aventura. Al final, piensa en esto: llevar a tu perro a la playa es un regalo para él, pero los cuidados posteriores son el verdadero acto de amor. No se trata solo de quitarle la arena, sino de asegurarte de que su cuerpo se recupere del sol, del agua salada y del calor. Con la ayuda de una estética canina tendrás la tranquilidad de que cada detalle es atendido por manos expertas, y además tu perro saldrá oliendo delicioso, con el pelo brillante y feliz de la vida. Para la próxima vacación canina Así que la próxima vez que planifiques un paseo playero con tu lomito, incluye en tu itinerario una parada en la estética. Créeme: no hay nada como verlo correr en la arena un día y, al siguiente, verlo descansar limpio, fresco y con la cola moviéndose de pura satisfacción. Porque sí, la playa es para disfrutar, pero la estética es para que esa alegría dure mucho más tiempo.